martes, 25 de enero de 2022

Maria Anna Mozart, la otra prodigio.

Cuando escuchamos el nombre de Mozart, inmediatamente nos viene a la mente el retrato del prodigio Wolfgang Amadeus Mozart, sin embargo, ¿Qué pasaría si te dijéramos que él no era el único genio musical de la familia Mozart? La familia Mozart, empezando por el padre, Leopold, eran músicos, y desde niños eran instruidos en el arte musical. 

 La historia del pequeño Wolfgang, ya la conocemos. Fue el niño prodigio que su padre llevó por toda Europa para alcanzar la fama. Fue el músico más importante del clasicismo y uno de los tres pilares de la música Occidental, junto con Bach y Beethoven. Sin embargo, él no era el único prodigio de su familia, su hermana mayor Maria Anna Mozart tuvo cualidades extraordinarias en la música, e incluso se cree que compuso varias obras, aunque desgraciadamente se han perdido. 

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 Hoy presentamos: Maria Anna, la otra Mozart. 

 Hija de Leopold y Ana Maria Mozart, nació un 30 de Julio de 1751 en Salzburgo. Desde los cinco años, su padre la instruyó en la música, en especial en instrumentos de teclado como lo eran el piano y el clavecín. Junto con su hermano Wolfgang, viajaron por toda Europa de la mano de su padre, para así explotar su capacidad musical. 

Todo marchaba excelente para Maria Anna, hasta que se topó con la realidad que impera en esa época. A las mujeres no se les consideraba para que vivieran de una carrera musical. Para cuando alcanzó la edad de matrimonio, que en ese momento era prácticamente la adolescencia, dejó de viajar junto con su hermano, y tuvo que quedarse en casa con su madre. 

Esto truncó su futuro como músico, ya que ahora se tenía que enfocar en conseguir un buen esposo y hacer lo que todas las mujeres de la época hacían, cuidar a su esposo y a sus hijos. Su hermano Wolfgang siempre fue rebelde contra los deseos de su padre, lo desafiaba en cuanto a decisiones de su carrera, así como con quien debía casarse. 

A diferencia de Maria Anna que siempre fue sumisa a las decisiones de su padre. No significa esto que fuera maltratada como tal, ya que en esa época, esa idiosincracia era la imperante y se tomaba como lo correcto moralmente. Nannerlia, como también se le llamaba de cariño a Maria Anna, componía, según la correspondencia que tenía con su hermano Wolfgang, que siempre la llenó de cumplidos por sus bellas obras musicales, sin embargo en las muchas cartas con su padre, no se menciona nunca algo sobre sus composiciones. 

 De igual manera, Nannerlia nunca dejó de practicar sus habilidades al teclado, ya que se sabe que estudiaba dos horas al día, y según su padre, ella podía acompañar a cualquiera en cualquier tonalidad en su clavecín. Aparte tocaba violín y tenía un talento natural para el canto. Nannerlia se enamoró profundamente de Franz Dippold, capitan y tutor privado, sin embargo su padre la obligó a renunciar a su amor, aun cuando su querido hermano Wolfgang la había alentado a luchar por el amor que ella sentía por Franz. 

Su padre la obligó a casarse con Johann Baptist Franz von Berchtold zu Sonnenburg, él ya había estado casado en dos ocasiones, y en ambas ya era viudo, él tenía cinco hijos, que Maria Anna le ayudó a criar y aparte le dió tres hijos propios. Un caso curioso fue el que sucedió con su hijo mayor, ya que su padre Leopold le pidió que el niño permaneciera con él para criarlo, se cree que fue para ayudarla en la crianza de todos sus hijos, pero también existe la hipótesis que lo hacía para poder crear del hijo de Nannerlia, un nuevo prodigio como lo hizo con Wolfgang. 

El niño estuvo con su abuelo hasta su muerte, ahí regresó con su madre. Uno de los aspectos más bellos, fue la relación que Nannerlia tuvo con su hermano menor Wolfgang, ya que él desde pequeño, adoraba a su hermana con locura, fue tanto el amor y admiración que el pequeño Mozart se motivó a estudiar música a los tres años, al ver a su hermana practicar su instrumento. 

 Eran tan inseparables que habían creado un lenguaje secreto y jugaban a que él y ella, eran rey y reina. Toda la correspondencia de él con su hermana, era muy cariñosa, he incluso él escribía en el diario de ella en tercera persona. Mozart le escribió muchísimas obras a su hermana, e incluso le mandaba por correspondencia sus obras recién compuestas para que ella las revisara, y le diera una crítica a su hermano. 

Esto nos habla del alto nivel artístico de Nannerlia, así como el respeto que sentía Wolfgang por ella. En la edad adulta, se cree que se fueron distanciando poco a poco, y que incluso ninguno conoció a los hijos del otro. Él moriría muy joven, en 1791, en condiciones de miseria, ella no estaría con él. Fue hasta 1800 aproximadamente cuando ella encontró una biografía de su hermano, escrita por Franz Xaver Nietmetschek. 

 “La biografía del Profesor Niemetschek ha reanimado completamente los sentimientos fraternales hacia mi tan ardientemente amado hermano que a menudo me disolvía en lágrimas, ya que es sólo ahora que conocí la triste condición en la que se encontraba mi hermano.” 

 Para 1820 Nannerlia conocería por primera vez a Constanza, viuda de su hermano, ya vuelta a casar, ahí le entregaría toda la correspondencia de su hermano con su padre. Esto ayudaría a Constanza en la biografía que estaba escribiendo sobre Mozart. 

 En 1821 conocería a su sobrino, Franz Xaver Wolfgang Mozart, cuando él iba a dirigir el Requiem de su padre en conmemoración del recién fallecido Georg Nissen, el hombre con el que se volvió a casar su madre Constanza. En 1829 murió de 78 años de edad. 

A diferencia de su hermano, ella moriría dejando una herencia de 7,837 florines. Uno de los grandes misterios sobre ella, fueron todas sus obras que quedaron perdidas. Sin embargo, el investigador Martin Jarvis ha declarado que después de un análisis, él cree que una libreta de 45 piezas para piano, fue escrita por Maria Anna, Wolfgang y su padre Leopold. Jarvis también estudió los cinco conciertos de violín de Mozart, 3 de ellos están firmados como Wolfgang Amadeus Mozart, y los otros 2, con otra letra diferente, están firmados por Amadeus Wolfgang Mozart. 

 En su momento el hecho que una mujer compusiera y vendiera sus obras se veía mal, así que tal vez Maria Anna publicó sus obras con un seudónimo. El nombre de su amado hermano. Solo de esta manera podría haber visto la luz su música. 

 Desgraciadamente todo esto quedará solo en hipótesis, sin embargo, muy aparte de que la obra de Maria Anna Mozart viva a través del nombre de su hermano, hay que reconocer que fue una de las mujeres más importantes en la historia de la música, y su memoria debe ser celebrada. 

 ¿Qué opinas? ¿Ya conocías a Maria Anna Mozart? 

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