miércoles, 24 de agosto de 2022

La Romantización del Arte

 



La realidad a veces puede ser aburrida, tediosa y poco poética. Es por eso que acudimos al arte para darle un sentido más emocionante a nuestra existencia. La ficción nos emociona y nos hace viajar a mundos de fantasía, el drama y los romances nos hacen volver a creer en el amor.  Cuando regresamos a la realidad puede ser muy desmotivante, nos hace cuestionarnos nuestro propósito en la vida y el porqué hacemos lo que hacemos. Nos sentimos como Sísifo empujando una roca a la punta de una montaña para solo verla rodar de nuevo hacia abajo. Es por eso que tendemos a romantizar todos los aspectos de nuestra vida, ya sea la vida de héroes históricos, artistas o nuestras mismas acciones. 


Dar ese sentido poético a nuestra vida nos hace seguir adelante sin embargo, tiene aspectos negativos ya que hiper idealizamos las cosas y cuando la realidad nos alcanza, sufrimos y nos frustramos. 


El día de hoy vamos a hablar de la romantización en el arte. 


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Hoy presentamos: la Romantización del Arte.


Antes que nada hay que entender el origen y significado de la palabra romantizar. Proviene del latín romanticus, que calificaba lo característico del romance, composición literaria que idealizaba la vida de la Edad Media, en particular la de los caballeros, y que se creaba en lenguas romances. 


En pocas palabras significa, la idealización poética de un evento, obra o persona. Podemos ver las grandes tragedias griegas como las primeras obras románticas, ya que idealizaban al héroe y su caída trágica como seres llenos de virtud que luchan contra las fuerzas de la naturaleza para al final caer trágicamente, como Edipo Rey, Ayax o Herácles.

Siempre nos llaman la atención las historias llenas de drama, las historias felices a nadie le importan dentro del arte. Nos encantan las historias llenas de tribulaciones que son al final vencidas o donde nuestro héroe o heroína caen épicamente. Una historia feliz de cabo a rabo es aburrida. 


Para finales del siglo 18, el romanticismo como tal, habría de nacer en Alemania y Reino Unido, como una contrarrevolución a la ilustración, es decir, como una rebelión contra la razón, o el despotismo ilustrado, contra la manera más objetiva de entender la realidad que podía llevarnos al nihilismo. Es por eso que el romanticismo da prioridad a nuestros sentimientos y pasiones para así dar sentido y vencer el terrible nihilismo que nos hace perder el sentido de la existencia. La realidad es cruda y seca, por eso necesitamos aderezarla y aceitarla con la poesía de la romantización. 


Dentro de las obras escritas o compuestas es fácil incorporar todos estos elementos románticos, sin embargo hemos llevado más lejos esto al romantizar la vida de los artistas mismos. 


Para los tiempos de Bach, la música era un oficio más como lo era el del maestro carnicero o el del maestro carpintero. Es bien sabido que Johan Sebastian Bach fue relativamente desconocido durante mucho tiempo hasta que fue redescubierto por Mendelssohn al supuestamente encontrar las partituras de la pasión según san Mateo siendo utilizadas por el carnicero para empacar su carne. 


Estas historias suelen ser exageradas para romantizarlas, para crear una imagen idealizada del artista. Más adelante, Mozart sí sería reconocido en vida, aunque a su mito o tragedia se le sumó el hecho de haber muerto en la miseria económica muy joven, a esto habría que sumarle el mito de que se le enterró en una fosa común, lo cual es falso ya que fue sepultado en una tumba comunitaria que es diferente. 


Luego llegaría el genio sordo de Beethoven, que sería la primera estrella de Rock. Fue el genio atormentado, que su don lo forzó a la soledad y que a pesar que el destino lo dejó sordo, él lo venció creando las obras más grandes de la música en la historia de la humanidad. Fue alguien transgresor, que se opuso a las monarquías absolutas, y se declaró en favor de la fraternidad universal. Discriminado por sus amantes de la nobleza al él ser un simple plebeyo lleno de virtud. Para su muerte, su funeral fue acompañado por miles de personas que lo admiraban y lo encumbraron como héroe de la música. 


En otras artes tenemos el ejemplo de Van Gogh, otro héroe atormentado por su propia mente, con una vida llena de mitos sobre su muerte, ya sea por suicidio o por asesinato, el mito hace crecer la imagen del artista. Las historias de cómo se cortó su propia oreja para supuestamente regalarla a una prostituta, que haya vivido en la pobreza y que no haya sido reconocido en vida hace que Vincent van Gogh sea uno de los más grandes íconos de la historia del arte. Nos fascina su historia, hay muchas películas de su vida. 


Sin embargo, tal vez todo esto ha distorsionado lo que realmente fueron estos personajes. Nadie puede poner en duda la relevancia de la obra de Bach, Mozart o Beethoven, o de la belleza de la pintura de Van Gogh, pero puede que la realidad y la aburrida cotidianidad de sus vidas haya estado lejos de los mitos románticos que les hemos impuesto. 


Ya para el siglo 20, tenemos ejemplos dentro de la música popular, como lo fueron Elvis Presley, Jimmy Hendrix, Jim Morrison, Amy Winehouse, Janis Joplin y Kurt Cobain. Todos con  una carrera brillante en la música, que las enfermedades mentales y las adicciones causaron la muerte prematura de todos ellos. Tal vez si muchos de ellos hubieran seguido vivos no hubieran sido los íconos que ahora son. 


En México tenemos el ejemplo de Pedro Infante, que siendo el ícono más grande del cine de oro mexicano, muere trágicamente en un accidente de avión. Las historias y mitos sobre su muerte no dejaron de contarse, incluso creyendo muchas personas que él sigue vivo, algo similar a lo que se pensaba con Elvis. 


Otro ejemplo importante latinoamericano, fue Victor Jara, asesinado por la dictadura fascista de Augusto Pinochet. Lo cual lo convirtió en un símbolo de la lucha y resistencia contra la derecha latinoamericana y el imperialismo estadounidense. 


Uno de los aspectos importantes de la romantización de las personalidades, es que siempre tienen un defecto, ya sea físico, o mental, o alguna dificultad, que es lo le permite que su virtud florezca para así vencer o caer de manera poética. 


Ejemplos tenemos de sobra, Beethoven y su sordera, Van Gogh y sus problemas mentales, o Kurt Cobain y las drogas. En la ficción tenemos al Doctor House, con su dolor crónico de la pierna con la que cojea. En la bella y la bestia, con la maldición que lo convierte en un monstruo, incluso el mismísimo Jesús de Nazareth es uno de los personajes más romantizados de la historia de la humanidad, las evidencias históricas de su existencia son pocas, pero su historia ha sido una llena de idealización, el hijo de dios que se sacrifica por la humanidad, siendo juzgado de manera equivocada. 


Este tipo de historias de los artistas o de los personajes de sus obras, nos llenan de propósito, nos motivan, vierten poesía pura en nuestra vida, acabando momentáneamente con la monotonía y sin sentido de nuestra existencia. Sin embargo, podemos llegar a una romantización tóxica, que mitifica la realidad y crea falsos ídolos. 


Cuántos músicos se jactan de haber tardado años en la composición de algún álbum que al ser analizado tiene canciones  simplonas de 4 acordes y letras cliché. Guiones de película que supuestamente tomaron meses en escribirse para al final ser una película genérica. Romantizamos obras o personas dándoles cualidades quasi metafísicas, donde realmente no hay nada de relevancia. No es lo mismo romantizar a Beethoven o Goya, que romantizar a Rosalía con sus letras incoherentes, queriendo darles un sentido profundo que pocos entienden para justificar e inflar el vacío y superficialidad de su música. 


Esto nos lleva a la muerte del genio. Llevamos la romantización a niveles exagerados que hacen que llamemos genios a cualquier artista que haga algo aunque sea poco trascendente, y si todos son genios, entonces nadie es un genio. Tenemos el ejemplo claro de que llamamos genio a alguien tan elemental como Kanye West. 


Romantizamos la pobreza, la enfermedad mental, y la guerra. Aunque la romantización puede sentirse bien en nuestra vida, un exceso nos hace vivir en una mentira, una realidad idealizada, que le da cualidades poéticas a la desgracia. Esto es porque el dolor se convierte en producto de consumo y es redituable para las industrias que crean a falsos ídolos y falsos genios, glorificando todo lo que está mal en la sociedad. 


En conclusión, la romantización es parte intrínseca de nuestra narrativa cotidiana, nos ayuda a no tener una visión estéril de la vida y el arte, sin embargo la hiper romantización puede envolvernos en una burbuja que niega la realidad y crea falsos ídolos o cualidades idealizadas que no existen en la realidad.


¿Qué opinas? ¿Qué otras obras o artistas crees que han sido romantizados? ¡Déjanos saberlo en los comentarios! ¡Y recuerda suscribirte para que sigas aprendiendo de arte, cultura e historia con ArtCore Channel!


https://www.nytimes.com/es/2022/05/22/espanol/romantiza-vida.html


https://www.dw.com/es/el-misterio-del-entierro-de-mozart/a-16932411


https://elpais.com/cultura/2017/01/31/babelia/1485858513_952143.html


https://lasillarota.com/lacaderadeeva/que-significa-romantizar-tu-vida-y-como-ayuda-con-el-autoestima/576064


https://plumasatomicas.com/opinion/querido-internet-deja-de-romantizar-las-enfermedades-mentales/

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